Cuerpos que aprenden, cuerpos que juegan al servicio del aprendizaje

Abstract

El presente trabajo será abordado desde una perspectiva interdisciplinaria y tiene por objetivo conocer el lugar del cuerpo en el aprendizaje y la importancia del otro en tanto transmisor de conocimiento. El cuerpo del adulto, a través de su mirada, de su voz, de su escuchar, propone los límites y el perimetraje de esa identidad en construcción, generando un efecto de moldeado sobre la corporeidad del niño que se construirá en dicha relación corporal con el adulto. En este contexto se entiende que el aprendizaje atraviesa ese cuerpo, y cada nuevo aprendizaje se va a integrar con el anterior como acto y como placer domesticando al organismo y resonando en el cuerpo. El proceso de aprender se constituye a partir de las diferentes tensiones dialécticas que se generan entre el aprendiente, el enseñante y el conocimiento; se constituye un molde relacional que dicta modalidades de aprendizaje singulares de cada individuo. Para que se desarrolle el aprendizaje, el niño debe apropiarse de una información determinada, transformarla y construir nuevos conocimientos; haciendo uso de su inteligencia y con la intervención de su deseo, construye su cuerpo y singularidad sobre su organismo heredado. A partir de su modalidad de aprendizaje los individuos construyen un idioma particular con el cual se relacionan con la realidad, el aprender y el jugar. En el juego, el individuo encuentra un espacio de expresión y conexión con otros, siendo un vehículo por el cual inventar nuevas realidades y nuevas historias para hacerlas propias mediante el aprendizaje.