A la sombra de la renta. Tasa de ganancia y excedente agropecuario en Uruguay 1870-1930

Abstract

Numerosos autores han encontrado en la categoría renta de la tierra, desarrollada in extenso por Marx en El capital , una clave para comprender las especificidades de las economías especializadas en la producción de bienes primarios para el mercado mundial. La renta de la tierra constituye un ingreso extraordinario obtenido por los capitales que invierten en el sector primario, derivado del uso de un medio de producción monopolizable, no reproducible y heterogéneo: el suelo. Algunos autores han avanzado en estrategias metodológicas para la estimación de la renta de la tierra para distintas economías a través de la comparación entre la tasa de ganancia del sector primario - rentístico y la tasa de ganancia media de la economía. La diferencia entre ambas es conceptualizada como renta en la medida que configura un ingreso extraordinario percibido, en primera instancia, por los propietarios de la tierra. Parte de ese ingreso es apropiado, a su vez, por otros sujetos sociales a través de distintos mecanismos de transferencia. Se ha constatado que, en economías especializadas en la exportación de bienes primarios, como es el caso de la uruguaya, la renta constituye un factor determinante de sus ciclos económicos y políticos. En este trabajo se presenta una estimación de la renta de la tierra apropiada primariamente por los terratenientes en Uruguay para el período de crecimiento agroexportador (1870 - 1930) siguiendo las orientaciones metodológicas de Iñigo Carrera (2007). Los resultados obtenidos muestran que, para el período estudiado, la renta ganadera estimada a partir del diferencial de tasas de ganancia presenta una elevada correlación con la evolución del precio de los arrendamientos y representa una proporción significativa del PIB, lo que da cuenta de su relevancia en la dinámica general de la economía uruguaya. La agricultura, por su parte, presenta niveles de rentabilidad por debajo de la tasa de ganancia media, lo que sugiere la predominancia de lógicas de producción e inversión cualitativamente diferentes a las del sector pecuario.